He aprendido a amarte…
En la simpleza de la penumbra de mi habitación,
donde los abrazos de tu amor, me reclamaban.
No podía pasar por este mundo sin probar
la dulzura de la voz
que me llamaba
a convivir con la luz
y alimentando mi esperanza.
Quemé las fotos que mecían
mis recuerdos
y hablaban de las
blancas cenizas de mis canas.
Cada noche le tapaba la cara a la luna
para que no vieras como se desintegraba mi pasado
con las pisadas húmedas de mis lágrimas.
He aprendido a amarte…
En la simbiosis de nuestras manos,
entre la metamorfosis de las promesas,
sin poder abrazar los juramentos
en el silencio de esas largas miradas
y entre las mentiras que escondían las palabras.
Escribiendo sobre sueños baratos,
sobre castillos en el aire que se desvanecen,
adicta al sabor que aflorabas por dentro.
Tanto hemos alimentando
esa fantasía
que hoy, amanece apagada la llama del fuego,
y bajo la sombra de mi rostro muero de frio,
porque reconoces que nunca me has querido…
Todo ha sido un viaje en el tiempo.
María Sánchez/ octubre-2017
(Reservados los derechos)
Del poemario: TAPÁNDOLE LA CARA A LA LUNA
Del poemario: TAPÁNDOLE LA CARA A LA LUNA
No hay comentarios:
Publicar un comentario