Mírame a los ojos
para que la mañana se
haga primavera
y despertemos al compás de los rayos del sol:
para que el mar sea canto celestial
y envuelva nuestros sentidos en paz y serenidad;
para que mis manos sean caricias sin tiempo
y los suspiros de mi garganta queden en libertad;
para que mi voz sea un poema confidencial
escrito con sonrisas y lagrimas;
para que nuestros
labios sean rojos corazones
y en el abrir y
cerrar de ojos...
las miradas se crucen
y vivamos noches
eternas
entre sábanas de sueños estampados,
las estrellas bailen a nuestro alrededor,
y suenen esos “sones” atomizados por el aliento de una flor...
Mírame a los ojos y que ellos me digan
si esto
que vivimos nos es amor...
M. Sánchez/ febrero,
2019
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En los lagares del tiempo