(Una tarde de domingo paseando por la playa de mis fantasías...)
Tus ojos, fijan su mirada,
esperan a la mía…
y al cruzasen,
saltan los radares de mi conciencia,
apuntan a la diana de mis sentimientos
y al eslabón dichoso de mis deseos.
Cierro los ojos para que se pare el tiempo
y retenerte entre tanto dilema,
mientras me arranco
un amor sepultado en los escombros.
Y tu, esperas,
para florecer en la luz de la primavera.
María Sánchez/ febrero, 2020
MUNDO QUIMÉRICO
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