Con tanto
silencio en las calles...hace que la inspiración se expire ante tanto dolor que
estamos viviendo y de mi pluma casi no salen los versos, hoy he podido escribir
esto ante tanta rabia e impotencia que siente mi alma.
Porque se ha envenenado el aire,
las calles han quedado desiertas,
gritan por los balcones la soledad
y en nuestras calles, con el silencio,
se han cerrado las puertas
tapándose las bocas con mascarillas desechables…
Resistiré con mi pluma
al huracán que ha sembrado el pánico,
frente a las armas de tantas modernidades
y nos ha robado, en estos
tiempos,
los besos, los abrazos y las palabras.
Como en una película de ciencia-ficción,
se ha erradicado la polución de las ciudades
ante el poder de tantos adelantos técnicos...
Aunque los bosques y las montañas
Como en una película de ciencia-ficción,
se ha erradicado la polución de las ciudades
ante el poder de tantos adelantos técnicos...
Aunque los bosques y las montañas
se vistan de impetuoso gris
y el sol se haya escondido
porque no puede combatir
a ese virus que amenaza al planeta;
Aunque solo pueda imaginar,
desde mi ventana,
el horizonte de la bahía
y los barcos cruzando La caleta…
Seguiré siendo la ola bailando en la orilla de la playa
y la gaviota sobrevolando en
las noches,
bajo el cielo iluminado por las estrellas.
Resistiré, con la mirada
perdida,
esperando el regreso de las almas
desde el norte del infinito
con la luz azul de la esperanza.
María Sánchez Román
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