jueves, 28 de agosto de 2014

Vete...


    

Vete de esta sin-razón
que habitas a cada momento,
vete de este mundo que creaste
atrincherando las ilusiones
con caricias y besos…
De esta cama de amor
por donde paseamos los cuerpos.
Que  la luna apague  la luz
y se lleve los  bellos recuerdos.

Vete de este corazón,
ya… no tienes el poder,
dejas que se purifique con cada latido
y se tiña con el tiempo mi sangre.
Dejas que se vista de color el odio,
la realidad de mis lágrimas manen,
sobre la soledad de mis labios
y que mi sombra a oscuras camine
por pasillos y laberintos.

Ya no eres el licor o el vino
que con prisa  calmabas mi sed.
Ya, sólo eres el agua y la mentira,
que he de dejar correr
entre la realidad y la despedida,
fingiendo lo que no se puede dar sin querer.

Ya no hay amaneceres ni razones,
ni llantos en la habitación de un hotel.
Ya no eres el placer de  los  sentidos
donde se  desnudaba mi esperanza mes a mes.

( M. Sánchez, 25-6-2014) 
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