martes, 27 de agosto de 2019

Versos con faldas...






Cada día, desde el punto de partida
intento liberar mis pensamientos,
sigo en la misma coordenada
 y no puedo volver atrás del paralelo cero.
Solo me salen versos al viento,
desorientados, del  amor que profeso.
Vivo con el pasado a cuestas,
todo es una perfidia conmigo misma
desde el comienzo de mis sentimientos.

¡Pobre niña con  zapatos nuevos,
 le  tiemblan las piernas
poniéndole faldas a los versos

y  desea morir con las botas puestas!

Maria Sanchez/ agosto, 2019
Mundo quimerico
Reservados los derechos

viernes, 23 de agosto de 2019

Testigo de mi amor...






- Oda a la luna llena y a mi amiga Patry Merino-

Al son de los latidos de un desventurado corazón,
la luna baila cuando la tarde se apaga, 
no hay brisa que se acomode en los campos
para vestirla con las mejores galas,
resplandeciente señora del universo
que sentada  en su trono dirige esta velada.

Yo, poeta, trovadora…
te versaré bajo el embrujo de sus ojos,
versos de amor, a la luz de su morada.
Ella, le pone música a mis sentimientos
con el ritmo de los acordes de una guitarra.

Será testigo de lo que declama mi voz
y cogidas de las manos bailaremos esta balada
hasta la llegada de los rayos del sol,
que pone fin a todas las encrucijadas…

Mi alma, al fin, volará danzando
confiando en sus alas.

María Sánchez/ agosto, 2019
EN LOS LAGARES DEL TIEMPO
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domingo, 18 de agosto de 2019

El beso del jilguero...


                                        
      (A mi nieto, inocencia pura que me regala la vida)

Ayer mientras dormía,
un beso se posó en mi cara,
la frágil inocencia que ama sin condiciones
despertó con el alba a la noche insólita
y a las  derrotadas tormentas de mi soledad.
Un beso de niño sentí acurrucarse en mi ser,
un beso, de compasiva sencillez y cariño;
como un jilguero cantó tímido en su mudez
haciendo temblar el corazón de la afortunada abuela
y el canto celestial abrió el día
de tanto agosto  adherido a un espejo.

Bailando en el árbol genealógico de la vida
va haciendo su nido, mi pajarillo feliz y consentido,
sobre las ramas prestadas por la primavera
tapando las heridas que nos deja el pasado.

Su beso, es flor de almendro
en la filantropía de los hombres
y la fuerza que recarga a tanta energía muerta
para ser fruta de los otoños venideros.

María Sánchez/ agosto, 2019
MUNDO QUIMÉRICO
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