Cada día, desde el punto de partida
intento liberar mis pensamientos,
sigo en la misma coordenada
y no puedo volver
atrás del paralelo cero.
Solo me salen versos al viento,
desorientados, del
amor que profeso.
Vivo con el pasado a cuestas,
todo es una perfidia conmigo misma
desde el comienzo de mis sentimientos.
¡Pobre niña con zapatos nuevos,
le tiemblan las piernas
poniéndole faldas a los versos
y desea morir con las
botas puestas!
Maria Sanchez/ agosto, 2019
Mundo quimerico
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