Tengo grietas en el corazón
y sangro siempre que te recuerdo.
Aunque solo sea un flash
cuando se cruzan nuestras miradas,
saboreo ese amargo instante,
de saber, aunque no lo queramos,
que nuestras miradas se buscan…
Se escapará una sonrisa
y nuestra dicha acelerará los latidos.
Antes de ti no hubo nadie,
llegaste a mi vida y todo cambio,
llegaste a mi vida y todo cambio,
nadie había puesto tanta calma…
No fuiste un amor pasajero,
clavaste los dientes en el centro de mi alma
poniendo ritmo al
pulso de mi cuerpo.
Se resiste este amor
porque vivimos en diferentes mundos,
todo es en blanco y negro.
Seguimos echándole el pulso a la vida:
inconscientemente tú me
buscas
y yo te encuentro bailando bajo la lluvia.
María Sánchez/ agosto, 2019
Poemario: En los lagares del tiempo
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