Con hebras de hilo cubro mi cuerpo,
arrancándote la piel para hacer míos los segundos
de un tiempo que no me pertenece,
arrancándote sorbo a sorbo en el recuerdo
esa mirada que no
consigo retener
y gota a gota, se van perdiendo las promesas
que en tus labios me dieron de beber.
Por mucho que las agujas quieran coser,
sobre tu pecho, las caricias de mis manos,
la nostalgia, con
cada sorbo me hace desvanecer
y quiero seguir cosiendo los jirones de amor.
No sé porque los “te quiero“ dejaron de amanecer,
cuando, todavía, hay
mañanas con tu aroma
e intento componer este presente con alfileres,
contigo o sin ti…
Vivo de los suspiros,
estos que vuelan una y otra vez…
Ay ¡!! Yo quisiera ahogarlos con tinta y papel.
María Sánchez/ octubre 2017
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