El sol bajaba a la orilla
y se abría en mil colores
como una caja de pintura.
Tras el replique de unas
campanas
danzaba el tiempo
y el presente era presente,
sin mas… ni menos...
se comunicaban las palabras
se ahogaba el silencio
y en el interior de mi corazón
late la poesía.
Quise atrapar el momento
para guardar el recuerdo
y que repose la nostalgia
bajo la sombra del amor
y refugiarme en los sueños.
El sol se quedo dormido
uniendo cielo y agua
entre música de ronquidos.
Oscura queda la tarde
ya los pájaros se han ido.
Mis retinas detienen el
tiempo
Y me gustaría acercarme a tus
labios,
pero, mi voz tiembla de frio
y el silencio tiembla en mi
voz.
El sol me ciega
y no puedo mirar al frente
como se apagan las sombras
y se desnudan las olas.
A contraluz siento
el aliento cercano de un beso
que extiende sus alas
revoloteando hacia mi boca,
cuando ya corría las cortinas
de aquel escenario.
(Maria Sánchez, 2012)
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