El camino esta por recorrer,
ese extraño camino de metamorfosis
donde nos cambiamos de traje
y tiramos los calcetines mal olientes.
Mis botas están gastadas
busco donde quemar mis despojos.
Ven, tráeme tus manos,
ponlas donde habita el tiempo
y los sentimientos maduran.
Ven, toca mi corazón,
siente como agitado late
y arranca de mis venas
el dolor que corre.
Solo tú, con tu calor
paralizas el ruido y el frío
de los días vagando
por calles sin nombres.
Ven, tráeme tus ojos,
no te olvides de tu mirada,
ella es el refugio
donde descansa mi memoria.
Tu voz, será el grito
que me defiende del olvido.
Con ella obtengo la fuerza
que dejó el silencio
de las medias palabras.
Ven al lugar que he construido
con desechos de otras vidas,
con ramas de primaveras
con que sostenerlo en el vacío,
donde poder escondernos del mundo
y llenarlo con tus días y los míos.
Ven a ocupar en mis brazos
el vacío que dejó la ausencia
de otros cuerpos perdidos.
(M. Sánchez, 2013)
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