Miro al pasado sin temor,
siento la brisa sobre mi cuerpo.
Viene una y otra vez…
Un susurro me
envuelve
con su dulce paladar,
tras las silabas va el sonido
y resuena el eco en mi boca
quedando el atardecer dormido.
El susurro salió sin aliento,
quedó en mis labios
y todo mi ser fue ilusiones
que vuelan con el viento.
¡Déjame recoger
el susurro de ese “ Te quiero”
esparcirlo en mis oídos,
apretarlo entre mis manos,
envolverlo con mi aliento,
acurrucarlo sobre mi pecho
y quedar en silencio
mientras te miro a los ojos.
El susurro,
es el suave silbido
entre las ondas del aire,
hasta que se pierde
acariciando la tarde.
(M. Sánchez, 2013)
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