PASA LA VIDA (A la ciudad de Cuenca)
Pasa la vida suspendida en letargo,
en el embrujo donde los abrazos se pierden
disipados en el tiempo.
El adiós en el olvido se hace eterno,
el recuerdo de mis ojos es una foto en blanco y negro
inclinada en el horizonte de un barranco en calma.
La niebla se ha quedado dormida
como un manto de tul cubriendo sus calles
y el aire la balancea una y otra vez
susurrando su nombre: ¡Cuenca…Cuenca…!
La mañana despierta sobre el lecho de la ciudad;
el tañer de las campanas anuncian el nuevo día;
a toque de
maitines, las calles se cruzan
y parecen recitar a plena luz;
un perfume a sándalo nos sumerge en la historia
quedando extasiados todos los sentidos.
El latir del eco choca entre casas colgadas,
como en el mástil de un barco a la deriva
encallado en la arena de una playa
y siento, sobre el paisaje de mi interior,
pasar, el sordo
ocre de los espacios...
MARIA SANCHEZ ROMAN
ANTOLOGIA: CUENCA, UNICA Y MAGICA
RESERVADOS LOS DERECHO
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