Necesito liberarme de esa energía,
alejarme de esas ondas magnéticas
que día a día me persiguen y me alcanzan,
después, me sueltan jugando entre niños,
abriendo en dos partes mi mente
y haciéndome girar como una noria.
Necesito aislarme de esos pensamientos,
me vuelven a enganchar cuando
menos lo espero,
me elevan con sus miradas seductoras,
infrangibles, atrapadoras;
me abrazan, se envuelven con mi calor…
Se van y me dejan con el hielo pegado en mi piel,
con la vista congelada
y mis labios como el carbón;
la melancolía los abruman,
haciéndolos indefensos ante cualquier ira,
disipando el amor de
mi locura.
Me envían su rabia,
como las serpientes escupen el veneno
y frena toda energía que hace mover a mi ser.
Me envían su estima
y todo se vuelve idolatría, pasión…
La vida reaparece vestida con lazos rosas,
regresa a jugar con mis sentimientos,
atrapándome con ese amor de contrabando
como un pasajero en el tiempo.
María Sánchez/ diciembre 2018
POEMARIO: EL LOS LAGARES DEL TIEMPO
Reservados los derechos
No hay comentarios:
Publicar un comentario