Dedicado a la ciudad de Burgos
Arboles desnudos en la calle del bulevar,
silencios eternos que discrepan
como aullidos lejanos de recuerdos
y miradas secretas que resisten
ante el frió y el vendaval.
Gigantes de otoño de un pasado,
hojas secas que ensordecidas caducan
y al llegar el mes de marzo, con su misterio,
avivarán la primavera de esa gran ciudad.
Las ramas del paseo, el aire las desmelena,
preludio de lo que fue hielo, bajo las sombra llora
porque quiere ser nota que a la luna balancea
y escalera hacia el cielo del viaje universal.
Mi corazón quedará expuesto al tiempo,
ubicando el adiós con un silencio
y los brazos entrecruzados
se perderán en los siglos de la eternidad.
M. Sánchez/diciembre, 2018
POEMARIO: EN LOS LAGARES DEL TIEMPO
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