No te vayas,
no sueltes mi mano cuándo bailo
con el tiempo.
No te vayas,
cuando veas que el azul de las
jacarandas
cubre las calles de mis paseos y
los tuyos,
cuando las manos se aprietan en
la mañana...
cuando la noche cae...en simples retazo.
No te vayas,
cuando lo contencioso del paisaje
sea sólo un reflejo de los ojos
enamorados
que se admiran y se abrazan...
Cuando los labios quedan pegados al cuello
y una lagrima es la metáfora del "te quiero".
No te vayas,
no me dejes sola en este paisaje
de ensueños.
Juntos sembraremos árboles y
soñaremos caminos.
Quiero tenerte en él
y nuestras bocas respiren el
universo
que Dios puso a nuestros pies...
María Sánchez /noviembre, 2018
EN LOS LAGARES DEL TIEMPO
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