Las noches se convierten
en arrogantes esperas
y me saca los dientes afilados
de la soledad que viaja
al centro quimérico de mi yo.
M. Sánchez/2016.
Corriendo
por los caminos
que el aire
nos dibuja con templanza
por los
bosques prohibidos,
de olor y
sabor a frambuesas
y despierta
los chispeantes deseos.
Siento aun…
que sigo prendida de aquel aroma.
Sigo asida a
unos sentimientos,
al sabor que
desprenden los besos
que solo sus
labios supo endulzar,
cautiva de
la libertad que generan dos cuerpos
bañados por
el suave susurro de su aliento
y el tacto
juguetón de sus manos
buscando encontrar la piedad de las mías.
Entonces, descubrí,
que el amor
tiene olor y
sabor,
identidad y
dirección,
Y yo… sigo
enganchada…
Esperando el
balbucear de su mirada.
María
Sánchez/abril 2016
Reservados los derechos
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