El silencio de espinas perdura,
hoy es un amanecer más
en el que enciendo mis faros
buscando respuestas
a ese ADIOS satánico.
Nunca imagine que un beso
se pudiera convertir en la muerte
de la ilusión que mana la vida...
Y, como naturaleza que somos…
Reaparecerá de nuevo con su esplendor,
como un largo sueño
y todo cobrara un nuevo sentido…
El amanecer…
Nunca llega tarde.
Nunca llega tarde.
María Sánchez/ abril/2016
Reservados los derechos
( Inspirado en TUKAPY,
de mi amiga Nieves Bravo Cardenal)
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