Hermoso despertar el de hoy...
Soñaba que unía mis fuerzas al destino
y paseaba por Tánger…
Unas manos acariciaban la miel de unos labios
y en un sentir de gotas de lluvia nos encontramos
en una tarde blanca de versos y silencios.
Con el ocaso del sol
en la Medina,
la tarde apremia colores cálidos
y agravantes disfraces aparecen
entre callejuelas de
laberintos,
donde la historia se esparce
y el eco se convierte en estelares sonidos.
Décadas atrás de un universo
donde los poetas fijan los sentidos.
Fueron los siglos dejando la esencia
y el perfume de la
amistad de unos amigos.
Fueron voces de ruinas las que gritaron
y por nuestras bocas clamando lo vivido
que resumieron las adormecidas paredes
la humedad de las grietas, heridas de cal.
Fueron tantos y tantos suspiros,
de unos sentimientos en el eco del olvido.
Marí@ Sánchez, octubre, 2014
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