La paz de tu
mirada
me hizo
confiar
en un mundo
sin ilusión.
La fuerza de
tus manos
me hizo
volar…
Fueron tus
labios
los que me
hicieron soñar
y el sonido
de tu aliento
me hizo
sentir el calor de la vida
en este
mundo de desesperación
donde la
sonrisa tapa las grietas
destruidas
de ternura.
Eso fue
amor…
Que un día
se poso
en los
umbrales de mi destino
y me rescato
de los
brazos desolados de la luna.
Mari@ Sánchez/ Febrero/2015
Reservados los derechos.
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