Arremangándose las enaguas, la primavera llega,
un año más, ya asoman los ramilletes de mimosas
y las crías de las gaviotas picotean en la orilla.
Sentada en rocas de conchas carcomidas
contemplo las olas envueltas en espuma de plata
y espero la calma de esta arboleda de sueño y magia…
Trovadora melodía de mis sueños,
compañera de mil batallas,
en algún punto se cruzaron los caminos
y envueltas en el chal de la esperanza
hicimos frente a los vientos de ponientes
y al taconeo que se balanceaba por las esquinas…
El recuerdo, hace que llueva poesía,
sólo la lluvia de mis pensamientos
saben de tanta miseria hasta encontrarte;
del frío de los
inviernos y folios en blanco;
de los sinsabores dulces y
amargos;
del baile de las hojas cuando soplaba el levante.
Tú, alocada armonía
de mis poemas…
Amarillas sinfonías de mis fantasías.
María Sánchez/ marzo, 2019
MUNDO QUIMÉRICO
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