Esperemos...

           

( Se acercan las tardes de nostalgia, las tardes de espera, las tardes húmedas entre recuerdos...)

Esperemos a que pase el otoño

y llegue el invierno con sus castaños,

para que el sabor agridulce de los labios

solo sean hojas al viento;

para que la primavera florezca

a su debido tiempo;

para que el sentir constante

clasifique los recuerdos

y la lluvia nos convierta en barro

porque somos besos de agua en el pasado.

Esperemos,

aunque yo quiera arrancarte de mi pecho,

porque no se pueda volar en tu mundo imaginario

y  en el universo, entre los años luz,

se queden mis versos enjaulados .

Para que el tiempo nos guíe entre las estrellas,            

esperas,  a que se asome  la luna al balcón de la vida

y con la nostalgia del canto de la alondra,

dormirnos, entre versos de esperanza.

Esperemos a que las hojas del calendario

caigan, una a una, esparcidas por mis manos;

las heridas se cubran con los días

y los vocablos de un nuevo abecedario.

María Sánchez/ octubre, 2018

Poemário: En el lagar del tiempo

Reservados los derechos

Necesito...

Necesito de tu voz para seguir escribiendo;

de los sentimientos duros y puros

que mi cuerpo arrastra como hojas al viento;

de la lucha constante que mi mente defiende;

de ese dolor que oprime cuando no te encuentro

y despacio, se para el ritmo de mi pecho.

Necesito el tacto del amor pegado a mis manos,

beber  del manantial de mi interior

y que mi espíritu vuele hacia el infinito

rumbo a una meta de encuentros deslumbrantes,

dejar atrás los otoños amarillos

de cielos en blancos y negros

creados por el desamor de los cuerpos

y  por el licor que fraguan mis labios.

Enraizada a la vid de mis sentimientos,

echo a volar los versos enjaulados.

Te busco, profeta del universo,

y perdida,  encuentro tus ojos de agua y luz,

allá,  en el lagar del tiempo…

María Sánchez/ octubre, 2018

Poemario: EN LOS LAGARES DEL TIEMPO

Reservados los derechos

En el deambular de los recuerdos...

En el deambular de los recuerdos

están los sueños colgados

como se cuelgan los versos

en la cuerda de mis sentimientos

y los chiquillos juegan tirando piedras:

¡A ver, quien llega más alto!

Regresan unas hojas cansadas

huyendo del escozor del verano,

perdidas entre distintas sendas.

Revueltas con el viento de otoño

siguen las huellas que les identifican

y el agua de lluvia  que las pudren

las convierten en estiércol de cultivos.

Este amor, cada día más,

es la metamorfosis de  tormentas y silencios

porque lo que el viento no barrió

sigue fermentando en los lagares del tiempo.

María Sánchez/ octubre, 2018

Reservados los derechos.

Del poemario: EN LOS LAGARES DEL TIEMPO