En ti me colgué
como los suspiros del silencio,
en el vientre virgen del pasado.
Te grité,
en las tormentas saladas del amor
y en la ausencia del deseo humano,
con los aullidos del dolor
que arranca el alma de cuajo
y fue mi cuerpo
creciendo,
quedándose a mis huesos aferrado.
Me condené
por no haber sabido aceptar este largo destino
que la vida le impone a este corazón desatado
y el mar se lleva a la deriva
atracando en diques secos
de un mundo imperfecto y dislocado.
María Sánchez/ Abril-2018
Del poemario: "Regreso del mundo quimérico de mi yo"
Reservados los derechos
Del poemario: "Regreso del mundo quimérico de mi yo"
Reservados los derechos
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