A golpes de guitarra, grito versos,
como una extraña suspirando en la nada,
golpeo miradas a dúo con el viento,
como las gotas de lluvia
que chapotean en la ventana
y la nostalgia me roba alguna lagrima.
Los golpes de los nudillos de mi mano,
se transforman en música de jazz
apuntando a unos ojos de fuego.
A la respuesta del canto se cruzan las miradas,
dejando caricias en el reverso de mi torso..,
y suena la música en las playas olvidadas.
Cuando, ya todo, da
la espalda,
el saxofón hace bailar a las olas del levante,
como ecos entrelazados en los lazos de un poema
y se desprenden las erguidas notas de la velada
con los suspiros que desatan mis sentimientos,
escurriéndome entre las ensordecidas aguas
como un huracán que
maneja el tiempo.
Reclamo, volver a soñar con nuevos veranos,
para que nada en la distancia se vaya perdiendo…
Reclamo a la melodía
del paso de los años
para que la música nos siga envolviendo
y el violonchelo le gana la partida al blues de los besos.
María Sánchez/ marzo-2018
Del poemario: "Regreso del mundo quimérico de mi yo"
Reservados los derechos
Reservados los derechos
No hay comentarios:
Publicar un comentario