Te llevaste mi sonrisa
cuando las aspas de mi cara anunciaba temporal.
¿ Dónde duermes mi sonrisa cuando tus ojos no están
para mecer el travieso remolino que me hace vibrar
en las pérgolas de los confines de mi yo?...
¿ Dónde está la alquimia de mi sonrisa,
el lazo rosa con que adornaba mi boca
como una buganvilla en las paredes blancas,
trepando, dando luz a mis mejillas?...
Cautivaste mi sonrisa,
el agrio dulce de mi boca la busca
para lanzar los
dardos de la victoria,
e iluminar la
felicidad de ensueños
de los caminos que me quedan por andar.
M. Sánchez/ agosto, 2017
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