El camino se va forjando
con pasos firmes del peregrino,
despertando a los sueños
escondidos entre hojas secas,
adormecidos, dentro de cada
corazón.
Mientras, el reloj sigue su rumbo
escribiendo con sus manillas
el camino en el interior de cada
uno.
El tiempo vuelve a cada segundo
intentando pisar los pasos
andados de un destino.
Cuando traspasa el himen del
amor,
los sentimientos se condensan
y brota el néctar dulce que
aflora
por los poros de la piel sin
identidad.
Mientras, la vida da vueltas
alrededor del mundo...
Yo, camino por renglones
torcidos.
M. Sánchez/2017
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