domingo, 12 de abril de 2015

Sólo queda...



Me metí los dedos para vomitar
las náuseas de dolor,
llene el agujero que ocupabas
con  el perfumes de nuevas primaveras.

Ya eres ruina bañada por siglos,
te alimentas de musgo y humedad
llenando los infinitos espacios
que habitan en mi interior.

Mencionar tu nombre
ya  no acelera el ritmo de mi corazón.
Quizás, porque
 se haya esparcido
el agrio de tus besos.

Quizás, porque
se  hayan cerrado los poros
 y no siento  la brisa
que embriagaba mi cuerpo.

Quizás, estos versos
sean la larva que escupe
el daño de tu recuerdo.

Sera porque  sólo queda
la esencia del amor que nos tuvimos
y un jarrón con las rosas  negras.

María Sánchez, abril/2015

(Reservados los derechos)

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