Libres poetas
al antojo de unos versos
olvidados en el tiempo aletargado,
se apretaron
tanto en un abrazo,
que
volaron libres mariposas
y los
corazones se enredaron.
En el jardín
del pasado hay un reloj de arena
describiendo
la vida en poemas disipados.
Hoy
amanecen revueltas las letras
y recordando
lo que se había olvidado.
Aconteció el tiempo de memorias infinitas,
prometiendo el adiós de las eclipsadas sombras,
y quedaron en
la eternidad entumecidas.
No se
arrancó de raíz la mala hierba
y las heridas
sangran en el camino postergado.
Desnuda el
amanecer un otoño
los recuerdo
de un corazón alentado.
Las hojas
secas, con la lluvia y el frio,
poco a poco
se van amasando.
En cada
primavera, a toda planta,
le
brotan nuevos tallos
y florecen
en los arriates,
entre las
yedras y los geranios,
lo que es
estierco y arena fina
que el
viento dejó arrinconado.
Mari@
Sánchez, septiembre, 2014
Reservados los derechos.
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