jueves, 25 de septiembre de 2014

La mala hierba...


Libres poetas al antojo de unos versos
olvidados en el tiempo aletargado,
se apretaron tanto en un abrazo,
que volaron  libres mariposas
y los corazones se enredaron.

En el jardín del pasado hay un reloj de arena
describiendo la vida en poemas disipados.
Hoy amanecen  revueltas las letras
y recordando lo que se había olvidado.

Aconteció   el tiempo de memorias infinitas,
 prometiendo el adiós de las eclipsadas sombras,
y  quedaron en  la eternidad entumecidas.

No se arrancó  de raíz  la mala hierba
y las heridas sangran en el camino postergado.
Desnuda el amanecer un otoño   
los recuerdo de un corazón alentado.

Las hojas secas, con la lluvia y el frio,
poco a poco se van amasando.
En cada primavera, a toda planta,
le brotan  nuevos tallos
y florecen en los arriates,
entre las yedras y los geranios,
lo que es estierco y arena fina
que el viento dejó  arrinconado.

Mari@ Sánchez, septiembre, 2014
Reservados los derechos.



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