Nos sentamos frente al mar,
compartimos el té de la tarde.
Reímos y recordamos,
compartimos el sonido y la brisa
de un ritmo muy lento.
Sentimos caer los
rayos del sol
iluminando nuestros cuerpos.
Al compás que acariciaba tus manos
sentía la desolación de las mías.
Mirarte, observarte…
Te confundía con el
mar,
tu serena mirada
me estremece y me hace olvidar
la frialdad del pasado.
Soy una mujer en la orilla
suspirando entre olas de sueños.
Quiero conquistar y despertar
tus ojos húmedos de secretos
y sentir una caricia
entre la magia de la tarde.
María Sánchez ( Reservados los derechos)
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