miércoles, 2 de mayo de 2018

Algo prestado...



De prestado estoy en esta vida loca
 que me roba el aire en cada instante,
que me desmelena en la orilla de cada mañana
cuando las alas me eleva hacia el baluarte.
De  agua y  añil se viste  mi mirada
arrastrando mi cuerpo el viento de levante,
burbujeando olas de carmín y  plata
en la memoria de las  tardes ausentes.

y..algo prestado me está robando el alma,
corre la sangre por las venas de este cuerpo,
ajeno al opaco colorido que se esconde;
al calor de miles de horas que en silencio andan
y las transforman en luces fluorescentes
para  iluminar la oscuridad de mis huesos,
como la metamorfosis de una  luciérnaga.

Pido prestada la simbiosis de unas lágrimas
porque no  queda sal en la macula de mis ojos
para llorar la perdida de sus besos
y uno a uno los rescato y los devuelvo
dibujándolos en la pupila del horizonte
para que el tiempo lo vista con el color de la tarde.

Mi corazón es el escudo que todo golpe soporta,
¡Que pequeña me siento cuando peleo por los sueños!
Miles de estrellas se disparan en el firmamento,
amanece y la libertad se vuelve a enredar en mi pelo.

María Sánchez/mayo, 2018
Del poemario: "Dos mujeres al borde de la esperanza"
Reservados los derechos

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