De prestado estoy en esta vida loca
que me roba el aire
en cada instante,
que me desmelena en la orilla de cada mañana
cuando las alas me eleva hacia el baluarte.
De agua y añil se viste mi mirada
arrastrando mi cuerpo el viento de levante,
burbujeando olas de carmín y plata
en la memoria de las
tardes ausentes.
y..algo prestado me está robando el alma,
corre la sangre por las venas de este cuerpo,
ajeno al opaco colorido que se esconde;
al calor de miles de horas que en silencio andan
y las transforman en luces fluorescentes
para iluminar la oscuridad de mis huesos,
como la metamorfosis de una luciérnaga.
Pido prestada la simbiosis de unas lágrimas
porque no queda sal
en la macula de mis ojos
para llorar la perdida de sus besos
y uno a uno los rescato y los devuelvo
dibujándolos en la pupila del horizonte
para que el tiempo lo vista con el color de la tarde.
Mi corazón es el escudo que todo golpe soporta,
¡Que pequeña me siento cuando peleo por los sueños!
Miles de estrellas se disparan en el firmamento,
amanece y la libertad se vuelve a enredar en mi pelo.
María Sánchez/mayo, 2018
Del poemario: "Dos mujeres al borde de la esperanza"
Reservados los derechos
María Sánchez/mayo, 2018
Del poemario: "Dos mujeres al borde de la esperanza"
Reservados los derechos
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