Cada mañana
Fijo mi mirada en el
horizonte
en un paisaje único,
en un cielo limpio de
nubes.
Es el viento, es el
aire, es la luz.
Un mar que me
transporta y me dejo llevar
hasta llegar a la
arena donde reposa mi cuerpo
y una brisa me
estremece, me seduce,
me rodea por todas
partes…
Me limpia y me
silban esos sonidos
y a través del rayo
de sol
me lleva hasta esa
fuente de energía
donde se funde lo
terrenal con lo espiritual.
Imagino como sus
dedos
tejen acordes de cristal.
La escucho… la huelo…
la siento.
Dejo que la música me
envuelva.
Esa fuerza llamada ALMA… Vida…Cielo..
Mari@ Sánchez, noviembre 2014
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