domingo, 31 de diciembre de 2017

Escarcha...


Escarcha fría fue tu amor,
inventando batallas de cuentos
y días vestidos de color,
frente a los celos incandescentes
que envolvían a  mi corazón
y rajaste mi alma, sin pudor.

Manos pavorosas, desmesuradas,
insípidas de follaje en flor.
Solo  saciaste el apetito terrenal
de tu amor pulido en horas superfluas.
Navegando en barcos de papel usados,
me abandonaste a la deriva de unos sueños
y con la lanza fatídica firmamos el final.

Fue escarcha pura tu pasión,
los  razonamientos que voltean mi cabeza
me arrancan los deseos  que  la martillean
y no puedo vivir sin escribir estos reproches
sobre tu mundo perfecto.
Sobre mi pañuelo húmedo, duermo mi dolor.

No puedo cerrar los ojos sin encontrarte,
termina la noche y antes de llegar el  alba,
entre los remolinos de mis sábanas,
me envuelvo  entre la escarcha que dejaste.

Después de todo…  
Lloro este desamor 
y abandonada a la suerte de esta vida, 
pido perdón a la luna.


María Sánchez/ noviembre, 2017
Reservados los derechos
( Del poemario: Tapandole la cara a la luna)

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