Escarcha
fría fue tu amor,
inventando batallas
de cuentos
y días
vestidos de color,
frente a los
celos incandescentes
que envolvían
a mi corazón
y rajaste mi
alma, sin pudor.
Manos pavorosas,
desmesuradas,
insípidas de
follaje en flor.
Solo saciaste el apetito terrenal
de tu amor
pulido en horas superfluas.
Navegando en
barcos de papel usados,
me
abandonaste a la deriva de unos sueños
y con la
lanza fatídica firmamos el final.
Fue escarcha
pura tu pasión,
los razonamientos que voltean mi cabeza
me arrancan
los deseos que la martillean
y no puedo
vivir sin escribir estos reproches
sobre tu mundo perfecto.
sobre tu mundo perfecto.
Sobre mi
pañuelo húmedo, duermo mi dolor.
No puedo
cerrar los ojos sin encontrarte,
termina la
noche y antes de llegar el alba,
entre los
remolinos de mis sábanas,
me envuelvo entre la escarcha que dejaste.
Después de todo…
Lloro este
desamor
y abandonada a la suerte de esta vida,
pido perdón a la luna.
y abandonada a la suerte de esta vida,
pido perdón a la luna.
María Sánchez/
noviembre, 2017
Reservados los derechos
( Del poemario: Tapandole la cara a la luna)
No hay comentarios:
Publicar un comentario