Voy a dormir esta noche
perdida en el bosque de los deseos,
susurrando sonidos
que naveguen encendiendo tu piel.
Tan cerca de ti me encuentro
que te rodeo con mis
brazos
y seco con tu pelo mi tristeza,
dejando caer las gotas de lluvia
sobre la almohada.
Quisiera ser la
primavera del amor,
natural y eterna,
tierra fértil donde crecen
las frágiles amapolas
y escribir mis poemas
con las sonrisas y besos
que tu boca me diera.
Porque no existe otro sentimiento
que la razón de quererte sorbo a sorbo
agitando todo lo que soy
en la intimidad de la noche
entre el perfume y los recuerdos.
(M. Sánchez, diciembre 2013,Reservados los derechos)
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