Subo a la
azotea de la inconsciencia,
para airear
las palabras y los sentimientos.
Veo como el
levante revolotea a tanta maldad,
ahogando los
sollozos entre suspiros
y dejando
los residuos arrastrados por esta pandemia.
El temporal
barrió la inteligencia de los sabios,
invadiendo
de lágrimas al planeta tierra,
ninguna
oración lleva la esperanza a las salas
donde lloran
de soledad cientos de enfermos.
La
impotencia de los sanitarios y especialistas,
que como
cualquier humano, son infectados
haciendo
frente a esta maldita enfermedad
de noches
largas y solitarias…
donde, ni
los búhos cantan.
No es por
casualidad esta pandemia,
apelando al
sentido común…
También se
defiende la naturaleza,
diciendo:
“BASTA” a tanta brutalidad
buscando
culpables y jalonando al mundo.
Después de
tantos días de confinamiento,
me asomé al
acantilado,
me esperaba
el mar con sus olas de espuma,
melodiosamente chocando contra las rocas del
baluarte
y entonando un hermoso canto
para estos
sentidos que tanto lo han extrañado.
Y yo, estaba
allí… Gracias a la NATURALEZA,
admirando el hermoso paisaje de la VIDA.
Maria Sánchez Román
Antología: VOCES
SOLIDARIAS II
Ateneo Blasco Ibáñez-
Valencia
Derechos reservados
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